Las finalidades del Espacio Natural Protegido
Es evidente, a tenor de lo expuesto, que la finalidad inicial de protección que
caracterizaba los Espacios Naturales Protegidos se ha ampliado considerablemente y ha
dado paso a un conjunto de finalidades, tal como se expone a continuación.
Las finalidades de los primeros Espacios Naturales Protegidos (Parque de Yellowstone,
1872) eran muy reducidas y se limitaban básicamente a funciones estéticas y de protección
frente a las amenazas del desarrollismo industrial y urbanístico. Más adelante, en el año 80,
F. López Ramón reconducía a tres grupos los fines que persiguen los Espacios Naturales
Protegidos: fines de tutela o conservación de la naturaleza, fines de goce público y fines
socioeconómicos, si bien estos últimos no eran considerados prioritarios. Estas
clasificaciones han sido superadas con el tiempo, y hoy se puede afirmar que los Espacios
Naturales Protegidos cumplen un conjunto de finalidades que se pueden agrupar en cinco
categorías (Tolón y Ramírez, 2002):
• Finalidad de protección y conservación del medio biofísico y cultural
• Finalidad científica y de investigación
• Finalidad educativa
• Finalidad recreativa
• Finalidad socioeconómica
La función protectora es la más importante que ha de realizar un espacio que
albergue elementos y recursos naturales cuya conservación sea de interés, ya sea en
función de su diversidad biológica y de la existencia de procesos ecológicos esenciales, o
porque contribuya a la supervivencia de comunidades o especies que exijan una especial
protección (Fernández de Tejada, 1994). Anteriormente se ha visto que la protección en
sentido amplio puede dividirse en dos conceptos más matizados: la protección y la
conservación. La protección, en sentido estricto, consiste en resguardar anticipadamente
una población, un hábitat, un hito geomorfológico, un ecosistema etc... de un perjuicio o
peligro, amparándolo, rodeándolo, defendiéndolo …. pero sin realizar ningún tipo de
actuación posterior sobre el mismo, aunque su integridad se vea amenazada debido a
procesos naturales. La conservación, en cambio, consiste en mantener o cuidar